Esa interpretación no siempre va a ser objetiva y a menudo es una simple asociación con otros eventos que resultaron parecidos en algo.
Esa serie de creencias dictan la forma en que enfrentamos la vida y -con la intención de protegernos- nuestro hemisferio izquierdo nos alerta con temor ante situaciones que podrían ser una amenaza potencial… antes de que podamos siquiera comprobarlo.
Muchas personas viven su vida haciendo caso a ese montón de alarmas por eventos ficticios, impidiéndose crecer y aprender y (lo que es peor) no se dan permiso de disfrutar la vida por el temor infundado. Esa actitud se convierte en hábito (y hasta en adicción) y como resultado, esos individuos auto-sabotean su éxito, su libertad y su gozo.
La PNL es un poderoso instrumento que nos ofrece estrategias de vida y mecanismos para re-programar los conceptos limitantes y desbloquear el potencial del ser.
Se apoya en la creatividad y la comunicación para generar nuevos hábitos de pensamiento y permitirle al individuo convertirse en el autor de su vida en forma desprejuiciada y objetiva. Literalmente, el cliente renueva su paradigma de vida lo cual es equivalente a “reformatear el disco duro de una computadora”.
Hay muchas técnicas de gran utilidad en PNL que se pueden utilizar en las sesiones de Coaching de Vida. Esto aumenta tremendamente las oportunidades de éxito permanente, siempre y cuando el cliente colabore con un compromiso firme de aplicar las técnicas de refuerzo fuera de las sesiones, y que su deseo de cambio sea auténtico y fuerte.
Se requiere al menos 21 días para crear un nuevo hábito; pero al menos 90 días para haber borrado una costumbre indeseada, instalar el nuevo comportamiento, y reforzarlo hasta que se convierta en el nuevo hábito de vida.
Es por esto que si un cliente sólo asiste a una sesión aislada, no importa cuánto le haya convencido la información descubierta, es probable que no se genere un cambio duradero ya que el cerebro reclamará su antigua zona de confort (aunque sea evidentemente nociva) y cuando menos lo note habrá regresado al antiguo hábito!
Por lo tanto, se recomienda asumir procesos trimestrales (12 sesiones en 90 días) si se desea lograr una transformación de vida permanente. Al finalizar los tres meses, tanto el Coach como el Coachee evalúan los resultados y se determina si se desea plantear nuevas metas para continuar la aventura de crecimiento y re-invención del ser.