• ¿Ingerir alimentos 100% orgánicos y llenos de fibra?
• ¿Realizar dos horas diarias de ejercicio físico?
• ¿Tomar un montón de vitaminas y suplementos nutricionales?
• ¿Tener frecuentes chequeos médicos?
• ¿Es simplemente el pensamiento positivo?
• ¿Qué tan difícil es lograrla?
• ¿Depende de la edad?
• ¿Implica mucho sacrificio?
• ¿Es caro obtenerla?
• ¿Se requiere talento atlético?

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Hay infinidad de causas de enfermedades generadas por los malos hábitos de cada individuo, incluyendo la falta de sueño o de hidratación adecuada.

Otras son generadas por químicos en el medio ambiente, o en los alimentos procesados.

Pero también existen las enfermedades generadas

por una actitud mental de rechazo a la realidad que se vive, o hasta a uno mismo…!

El estado de balance y paz

comienza por el auto-conocimiento y la auto-aceptación.

Al decir esto incluyo tanto la aceptación de nuestro cuerpo,

como de nuestra personalidad, nuestra historia,

y nuestra situación de vida presente.

Al aceptarnos como somos,

quitamos toda resistencia y lamentación por lo que “no somos”.

Luego de hacer las paces  con nuestro presente y nuestro pasado,

podremos valorar objetivamente si nos conviene realizar cambios, y por qué;

si nos beneficiaríamos en forma importante,

o si es mero capricho por causa de comparaciones triviales

sólo para proyectar una imagen externa hacia los demás.

Una vez valorado todo esto,

si la decisión es implementar algunos cambios en cualquier área de nuestra vida,

lo siguiente es hacer un firme pacto con uno mismo

para realizarlo a pasos realistas y consistentes,

disfrutando el proceso transformador y celebrando cada pequeño logro o mejora.