Aquí también te ofrezco la versión de audio, por si eres como yo
(me encanta escuchar, además de leer).

 

Un año termina, y otro nos abre las puertas de nuevas experiencias, proyectos, y decisiones.

Cada vez que el calendario muestra el final de un ciclo (puede ser una semana, un mes o un año), nuestra ilusión se renueva con grandes esperanzas o, por el contrario, se vislumbra como nuevas obligaciones, o incluso posibles nuevas contrariedades. ¡Tú decides!

A principios de año encontramos noticias devastadoras de pérdidas, tanto materiales como humanas. Nuestra atención se dirige hacia el fatalismo, el amarillismo, y la población se va llenando de temores de todo tipo!

Es increíble pensar que, habiendo tantos logros y éxitos, terminemos enfocándonos en eventos desoladores. Sin embargo, entendemos que lo que realmente se va reflejando en esas noticias, es un grito de auxilio para encontrar ayuda y soluciones pues -en el fondo- todos queremos buenas noticias y felicidad!

Hemos mencionado anteriormente que el foco de atención que tengamos, se convierte en el punto de atracción de esa realidad. Es decir, si lo que queremos obtener es resultados positivos, entonces enfoquémonos en las soluciones! Si por el contrario, seguimos notando el problema, atraeremos más situaciones similares que apoyarán esa experiencia.

Si pudiéramos regresar a la vida y entrevistar a la gente que ha cometido suicidio, descubriríamos que el detonador fue una percepción muy distorsionada de sus  vidas… sus expectativas no se cumplieron, sus temores se sentían demasiado “reales”, sólo veían la nube negra frente a sus ojos en vez de la visión soleada detrás, o se veían a sí mismos mucho más pequeños y débiles que el reto.

Reforcemos la prevención, en lugar del castigo.
Escuchemos el silencio escondido detrás de las palabras atemorizadas.
Desenterremos la belleza que está sepultada debajo de la rabia.
Perdonemos los errores que fueron necesarios antes del éxito.
Dejemos de juzgar y propongámonos a discernir la causa.
Expresemos gozo y gratitud si deseamos vivir en paz.

¡Que el Año Nuevo evoque lo mejor de ti,
y que TÚ evoques lo mejor del Nuevo Año!